Una ciutat a l’ombra de la natura

© Ramón J. Usó 2009

Sierra de Espadán,
Hay momentos en que llegas a odiar la vinculación con la informática, esa ciencia casi obligada del siglo XX. Salir a dar un paseo con la mochila cargada de objetivos y superar la decena de kilómetros puede ser y de hecho es reconfortante. Paro unos instantes frente a cualquier campo corrompido por la vorágine inmobiliaria y siento una mezcla extraña de placer y nostalgia. Las nubes están allí, las montañas se perfilan inconfundibles, interminables y desde allí se pueden adivinar hilos de agua que inundan la costa de vegetación de ribera.
Vuelvo a esconder la cámara y sigo caminando bajo el sol en dirección a esa ciudad que me vió nacer y que permanece “inmóvil” a los pies de la sierra de Espadán y el Desierto de las Palmas.