Black Star
Los sueños son las mentiras de la noche.
Ni siquiera el mejor observador, de los que llevo dentro, podría haber imaginado hace un año la tormenta vírica que se nos venía encima. Dos mil veinte iba a ser el año blackstar. Cada diez años intento montar alguna expo que resuma mi ultima década, no obstante, sin ganas de expresar nada concreto, algo en mi interior me arrastraba irremediablemente hacia el negro, la falta de luz, la muerte. Esa era mi idea, todo acaba en la muerte y ¡vaya si ha sido así! En esta ocasión las pinceladas lumínicas transcurrirían del rojo al negro, esa delgada franja invisible que divide la vida del sueño eterno. Sin tener aptitudes de vidente, la mala suerte quiso acompañarme esquivando esa mano fría y huesuda, que siempre está ahí, escondida y paciente en mis pesadillas. Pretendía advertirme algo, como indicándome mirar por una ventana donde solo existe el vacío. Y el vacío se apoderó de las calles, del aliento vital de las ciudades, de los proyectos que dan sentido a la existencia. Muere BlackStar.
De momento el único parte disponible es que he cancelado la exposición. No se me ocurre nada, a parte de encabronarme con la guadaña cuando esta tiene aliados terrenales, desgraciados y por supuesto malnacidos. La señora me llamará cuando desee y yo seré su eterno amante.